En un mundo cada vez más longevo, la soledad se perfila como uno de los principales obstáculos para un envejecimiento saludable. “La soledad es el peor enemigo del envejecimiento saludable”, advierte José Jáuregui, médico gerontólogo y presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría.

Según Jáuregui, la longevidad no depende únicamente de la genética, sino de cuatro pilares fundamentales: salud, educación continua, integración social y seguridad económica. El especialista destacó que los nuevos enfoques médicos buscan mejorar la autonomía y el bienestar de las personas mayores de 60 años, con especial atención a la ortogeriatría, una tendencia mundial que promueve la atención integral de los adultos mayores.

En el contexto del siglo XXI, marcado por sociedades más longevas, los expertos alertan sobre la insostenibilidad del modelo de salud actual, centrado en reaccionar ante las enfermedades. “Invertir en prevención es más barato y efectivo que tratar las enfermedades ya avanzadas”, explicó Deus Bazira, especialista en salud pública global de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos.

Entre los cambios que ya se implementan a nivel mundial se destacan la descentralización de la atención médica, el uso de la tecnología para detectar riesgos antes de que se conviertan en enfermedades y la integración de la salud ambiental en la planificación médica.

Jáuregui, quien recientemente participó en congresos de gerontología en Reikiavik y Lisboa, aseguró que estas transformaciones reflejan un enfoque más proactivo en la medicina geriátrica. “No se trata solo de vivir más años, sino de vivirlos con autonomía, bienestar y conectados socialmente”, concluyó.