12-11-2025 | 11:33
CLIMA | DOLAR

Tras semanas de consensos y trabajo en equipo, Marcelo Umansky fue electo nuevamente como presidente del Club Universitario de Rugby del Nordeste (CURNE). En diálogo con NG Federal, destacó la importancia de su experiencia en el rugby infantil y los valores que busca transmitir a las nuevas generaciones.



Marcelo Umansky fue elegido nuevamente presidente del Club Universitario de Rugby del Nordeste (CURNE). “Fueron dos semanas de mucho trabajo, de muchas reuniones, de consensos y demás. Pudimos llegar a través de una elección democrática a ser electos nuevamente con mi grupo de trabajo para llevar adelante la conducción del club que tanto queremos”, expresó el dirigente en diálogo con NG Federal.

Además de su rol institucional, Umansky mantiene una activa participación en las categorías formativas del club. Actualmente, se desempeña como entrenador de la división M12 junto a su compañero Cone, donde también juega su hijo.

“Arrancamos ya hace un par de años. Me encanta eso y vengo justamente en esta segunda etapa, representando al rugby infantil, que creo que es lo más lindo y lo más sano. Los chicos van forjando amistades que duran para toda la vida”

Para Umansky, el rugby infantil representa el corazón del deporte, el espacio donde se siembran los valores que acompañarán a los jugadores dentro y fuera de la cancha. “Los valores del rugby son lo mejor que tienen: la amistad, la lealtad, el ir para adelante, el estar juntos. Es lo que fomentamos: atraer gente, formar grupos y reclutar para que, después, el que juegue bien llegue a Primera, y el que no, igual tenga su lugar en el rugby social”, explicó.

Umansky también remarcó que el deporte ha evolucionado hacia una mayor apertura e inclusión. “En nuestra época el rugby era más elitista, más cerrado. Hoy no es así. Tenemos chicos de todos los estratos sociales y son amigos entre todos. Esa integración es lo que pregonamos y lo que hace tan bueno a nuestro deporte”, señaló.

“Queremos que jueguen todos los chicos, los nuevos, los viejos. No nos preocupamos tanto por ganar, sino por integrar, por jugar bien y porque se diviertan. La parte competitiva arranca después de los 15 años, cuando el jugador está preparado para soportar la carga que significa competir”

Por último, Umansky subrayó uno de los rasgos distintivos del rugby: el respeto, tanto en la victoria como en la derrota. “En el rugby no hay rivalidad entre las hinchadas. Se pueden cargar un poquito, pero nadie se burla del otro. En eso también se reflejan los valores que tratamos de inculcar desde chicos”, concluyó.





























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