Desde temprano, el predio comenzó a poblarse de visitantes que se acercaron para compartir en comunidad, disfrutar de espectáculos musicales, jineteadas, platos típicos y, sobre todo, para mantener vivas las tradiciones.

“Rural significa tener conocimiento de nuestras raíces, saber lo que es nuestra tierra, conocer la profundidad del monte, de donde salimos muchos”, expresó Raúl, oriundo del campo santafesino que hoy vive en Resistencia. “Tuvimos que dejar los campos para ir a la ciudad, pero sin olvidarnos que alguna vez fuimos parte del campo”, dijo emocionado.

Desde Lapachito, una joven resumió su experiencia: “Está bueno, está hermoso”. Otro visitante, llegado desde Fontana, contó: “Nos gusta festejar en el campo. Comimos tacos, es nuestra comida favorita”.

Incluso hubo quienes viajaron desde más lejos. “Soy artesano de la feria de Mataderos, en Buenos Aires. Me enteré del festival, salí el jueves y vine directo. Vale la pena estar acá”, relató un feriante que llegó desde el conurbano bonaerense tras varios días de ruta.

Uno de los momentos más emotivos del día fue el homenaje a Ramón Lucio “Moncho” Sotelo, un trabajador rural de toda la vida. “Le hacen un homenaje a mi viejo, que ya falleció. Es un orgullo para nosotros. Bien el intendente que se acordó de él”, contó Elba, su hija, llegada desde Makallé, junto a familiares de La Verde y La Escondida.

“Muy lindo, porque junta mucha gente, a la familia, a la gente de Ocampo, que se terminó un poco de esto. Hay que mantenerlo vivo”, dijo otra asistente, emocionada y vestida especialmente para la ocasión.

El Festival del Peón Rural volvió a poner en valor las tradiciones del interior chaqueño, reuniendo generaciones enteras alrededor de la cultura del trabajo, la memoria de los mayores y el orgullo de pertenecer a la tierra.

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