Entre los presentes estuvieron los reyes de España, el presidente italiano Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni. También asistieron líderes de otras religiones. El Papa fue contundente: “No estoy por encima de ustedes, sino con ustedes”.

Conmovido, recordó al Papa emérito Francisco: “Nos enseñó a caminar con los últimos. Yo quiero caminar con ustedes”. Y dejó una imagen potente: “La Iglesia no es un castillo, es una casa abierta”. Cada palabra fue recibida con aplausos y emoción.

Mientras recibía los símbolos del papado, habló del sentido de su rol: “El verdadero poder es servir”, dijo firme. A su lado, una comitiva de cardenales y jefes de Estado seguía cada gesto. Y agregó: “La fe no se grita, se abraza”.

Antes de cerrar, regaló una frase que define su camino: “No tengan miedo de acercarse. Yo estoy aquí para ustedes”. León XIV se presentó como un Papa hermano, dispuesto a escuchar, abrazar y acompañar al mundo en tiempos difíciles.

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