El reciente estreno de Una película de Minecraft ha sido un éxito rotundo en taquilla, superando todas las proyecciones iniciales. Sin embargo, junto al éxito económico, los cines enfrentan un fenómeno inesperado: la tendencia viral del "chicken jockey" en TikTok. Este término, que originalmente alude a una escena del videojuego donde un zombi bebé monta un pollo, ha tomado vida propia entre el público, especialmente durante el clímax de la película, cuando Jack Black grita "Chicken jockey!".

Impacto social y económico del fenómeno inesperado

En los brazos de Warner Bros. Pictures, la película ha recaudado cifras notables. Solo en su primer fin de semana, alcanzó 163 millones de dólares en los Estados Unidos y 313 millones de dólares a nivel mundial. Este desempeño ha revitalizado cines que, antes del estreno, enfrentaban un año difícil. 

No obstante, el orden se vio alterado en varias salas, donde el entusiasmo por la escena del "chicken jockey" generó un ambiente que algunos califican de caótico y otros de inapropiado. La película no solo impacta económicamente, sino que también plantea debates sobre cómo las redes sociales influyen en el comportamiento colectivo.

Medidas implementadas por los cines ante los disturbios

Ante el aumento de incidentes, varios cines adoptaron políticas estrictas contra interrupciones durante las proyecciones. En Nueva Jersey, un complejo prohibió la entrada a menores no acompañados después de reportarse vandalismo, aplausos estruendosos y lanzamiento de comida. 

Medidas similares se aplicaron en Reino Unido, donde algunas cadenas advierten con expulsar a quienes infrinjan las normas. Otros establecimientos incluso evalúan suspender funciones si el público excede los límites. Los cines, como espacios culturales, enfrentan ahora el reto de redefinir su rol mediante políticas proactivas que garanticen seguridad y comodidad para el resto de los espectadores.

Discusión en redes sociales: ¿dónde están los límites?

En plataformas como TikTok, el fenómeno acumula millones de "me gusta", con videos que muestran comportamientos disruptivos en las salas. La escena del "chicken jockey" se ha convertido en un espectáculo colectivo, donde risas y gritos son comunes, generando un debate sobre el equilibrio entre diversión y respeto durante las proyecciones. 

Críticos señalan que, aunque la película es popular, ha recibido reseñas mixtas: algunos la llaman "entretenida", mientras otros critican su falta de profundidad. Esta nueva adaptación de un videojuego resalta las tensiones entre narrativa y comercialización. Los datos sugieren que, aunque lo viral potencia la popularidad, también plantea desafíos sobre cómo adaptar la experiencia cinematográfica tradicional a la era digital.