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El barrio Aipo está sumido en el dolor por el asesinato de Sol, la niña que fue hallada sin vida luego de salir a comprar a un kiosco en Fontana. "Ella siempre venía con una sonrisa, jugaba con mi perro y con el gato", recordó el kiosquero conmovido. La víctima solía pasar por el comercio para comprar galletitas en la tarde y otros productos al mediodía.
El único detenido, un joven del barrio, frecuentaba el mismo kiosco y nunca había generado sospechas entre los vecinos.
Según testigos, la abuela de Sol la buscó desesperadamente antes de que se confirmara el peor desenlace. "Pasó preguntando por ella y cuando salimos afuera, no había nadie en la calle", relató el kiosquero. La investigación sigue su curso mientras Fontana llora la pérdida de una niña querida por todos.